Si estás pensando que ya es momento de iniciar tu propio negocio, pero no sabes por donde comenzar debido al sistema tributario de nuestro país, en este artículo te explicaremos todo lo que necesitas saber al respecto.
Lo primero que debes establecer es: cuál será la naturaleza de tu negocio, es decir, a qué te vas a dedicar, porque dependiendo de ello, será el régimen que mejor se adapte a ti.
Por lo pronto comenzaremos por decir, hablando en términos fiscales, que existen dos tipos de personas ante hacienda: persona física y persona moral.
Persona física: Son aquellas como comerciantes, empleados, vendedores, profesionistas independientes, etc. y sus principales regímenes son:
- Actividad Empresarial
- Servicios Profesionales
- Incorporación Fiscal
- Arrendamiento
Persona física con actividad empresarial: Son aquellos que realicen actividades comerciales como, agrícolas, ganaderas, industriales, de autotransporte, etc. sin límite de ingresos.
Servicios Profesionales (Honorarios): Este régimen es para personas que ofrecen sus servicios profesionales por honorarios, tal como es el caso de doctores.
Arrendamiento: Este tipo de régimen aplica a personas que posean algún bien inmueble y lo tengan en renta.
Régimen de Incorporación Fiscal: Este régimen es para quienes desempeñen trabajos o funciones que no requieren de un título profesional y que no excedan los dos millones de pesos al año, como es la venta de bienes.
Régimen Fiscal para personas Morales: En este régimen comenzaremos diciendo que una persona moral es un grupo de individuos que se reúnen con un fin específico, o sea una sociedad mercantil o asociación civil, sus principales regímenes son:
- Acumulación de ingresos
- Régimen general
Acumulación de Ingreso: Es un régimen por medio del cual una persona moral, compuesta por varias personas físicas y que no excedan de cinco millones de pesos al año, pueden hacer su tributo mediante el flujo de efectivo.
Régimen general de personas morales: Éstas las integran sociedades con fines de lucro, es decir, que obtienen beneficios a base de ofrecer un bien o servicio, por ejemplo, las arrendadoras, instituciones de crédito, seguros y fianzas, etc.
Concluimos de esta manera, y como podemos darnos cuenta, hay muchos regímenes que tenemos a nuestra disposición para tributar, por supuesto nos da algunas ventajas, como por ejemplo, hacernos de un historial para obtener acceso a créditos, además de dar e inspirar la confianza de tener una empresa o ser un prestador de servicios confiable y correcto a los ojos de nuestros clientes.